«Creo que necesito un trago. Casi todos lo necesitan, solo que no lo saben»

Charles Bukowski

15 de octubre de 2017

William Holden ahogado en alcohol


William Holden, flotando boca abajo en la piscina de la mansión de Gloria Swanson y agujereado su cuerpo por el revólver de su amante y benefactora, relata en flash back su trágica historia, dando pie a uno de los comienzos más impactantes (e imposibles) de la historia del cine. El actor no previó que su muerte real remedaría en cierta forma la secuencia que Billy Wilder ideó para su filme (Sunset Boulevard, 1950): charco de sangre en lugar de agua clorada y herida en la cabeza en vez de orificios de bala, solo que su instante final fue motu proprio.

La muerte de William Holden es de sobra conocida para todo cinéfilo. Borracho y solo en su apartamento de Santa Mónica, se golpeó en la cabeza con la mesilla de la habitación, lo que provocó una lesión que a la postre culminaría en fatal hemorragia que el actor, totalmente curda, no supo contener. William Holden es testimonio de los efectos devastadores del whisky. Estragos en su cuerpo que se reflejaban en una cara otrora de galán. Calvario alcohólico transmutado en celuloide: el camino wilderiano que va de Sabrina a Fedora.

1 de octubre de 2017

El primer vaso de un solo trago,...


I.º-X-2012

El primer vaso de un solo trago,
el segundo, por el contrario, lento,
sorbito a sorbito,
como si las horas fueran eternas
frente a la botella de Don Viejo,
tequila refinado, tesoro líquido,
viaje hacia el corazón del maguey,
descenso por años que son siglos,
por siglos de raíz inacabable,
y, al final, extravío en el desierto,
en el gran desierto, en el vacío feliz.
Con todo, es el tercer vaso el que decide:
sabor celeste, sangre de ausencia.

Rafael Argullo, Poema.

24 de septiembre de 2017

Alfredo Santamaría. Cigales


Perla de los tintos de Cigales (mejora el Museum). 90 escasos puntos en la guía Parker. Rojo intenso, afrutado y "alcohólico". Ideal para el lechazo que en el hotel rural anexo regenta la hermana del vinatero. Exquisitices familiares.

10 de septiembre de 2017

El vino en la infancia


"El caso es que a la edad de siete u ocho años ya me dejaban beber vino en casa. Desde la perspectiva actual, tamaña permisión podría parecer un crimen pedagógico de muy graves consecuencias hepáticas. He de decir que a mí, sin embargo, la ingesta prematura, durante las cenas familiares, de vino cristianizado con gaseosa, más tarde sin bautizar, me vacunó de por vida contra el alcoholismo. Al mismo tiempo me familiarizó pronto con una cultura de afirmación de la vida que asocio desde entonces al vino. También incluyo en la categoría de potenciadores vitales a los libros y al amor físico, que en mi caso particular llegaron más tarde".

Fernando Aramburu, El Mundo, 10-09-2017.

9 de septiembre de 2017

Como un fauno de tres patas...


9-IX-2012

Como un fauno de tres patas
los tres troncos de la parra,
peludos y retorcidos,
se elevan pesadamente hacia lo alto
para sostener la pesada bóveda
de la que cuelgan, lámparas maravillosas,
abundantes racimos de uva pequeña y dulce.
No son esbeltos ni elegantes,
pero su tarea los redime:
dan sombra a los hombres fatigados,
refugio al dios desconocido
y alegría al mundo.

Rafael Argullol, Poema.

*Foto de Abel Murcia.

8 de septiembre de 2017

Tyskie


Reina de las cervezas polacas. Color refrescante. Entrada agradable, pese a golpe de nariz fuerte, y amargor final contundente. Degustación complacida.

29 de agosto de 2017

Hablemos de palabras: «alcohol»

Hablemos de palabras. Abrimos este portillo en forma de sección y empezaremos por el asunto principal de nuestra bitácora: «alcohol».

La palabra «alcohol» está formada por «al-» (artículo árabe que significa 'el') y «kuḥúl» que significa 'sutil'. Al principio esta palabra era usada para describir un cosmético de polvos de antimonio que usaban las mujeres para pintarse los ojos. El «kuḥúl» era elaborado en un proceso de disolución. Esta palabra fue usada para referirse a cualquier elemento refinado hasta su esencia.

Los romanos y griegos conocían la destilación. Los romanos en concreto ya destilaban con alambiques desde el siglo I d. C. Los árabes mejoraron las técnicas y los alambiques. Estos alquimistas experimentaron destilando uvas y otras frutas para uso medicinal (antiséptico) y perfumería. Los árabes documentaron este proceso y usaron la palabra «al-kuḥúl» para describir el producto de la destilación.

Es posible que el árabe «kuḥúl» viniera del griego  «κολλύριον»  ('kollýrion'), que dio «collyrĭum» en latín. Originalmente era una pasta que se usaba a veces con el óxido de antimonio sacado de ciertas plantas y que tenía aplicación medicinal para luego pasar a forma líquida. Se aplicaba en los ojos. Recuerden el refrán castellano el vino alegra el ojo, limpia el diente y sana el vientre.

En Europa, las bebidas alcohólicas se diferenciaron entre «aqua ardens» ('agua ardiente') y «aqua vitae» ('agua de la vida') dependiendo de su porcentaje de alcohol. Ya, en el rito cristiano, el vino pasó a representar la sangre de Jesús de Nazaret y la Iglesia lo dotó de cualidades sagradas hasta aplicarle el proverbio latino de Plinio el Viejo: «in vino, veritas» («in aqua sanitas»).


Pilsner Urquell

Ay, Praga, Praga, Praga...

Nota: 3'5 sobre 5.

22 de agosto de 2017

Tinto de verano

Interesante artículo de Margarita Lozano sobre el tinto de verano. Hagan juego, señores.

«Es una bebida mucho más recomendable que las sodas que encontramos en el mercado, saturadas de azúcar. Una excelente opción cuando nos apetece tomar algo fresquito, de trago largo, pues incluye vino tinto que, como sabemos, consumido con moderación, es beneficioso para la salud.»

17 de agosto de 2017

Inedit

—Espiral de bizcocho con espuma de nata y cobertura de chocolate. Son 24 euros.
—Esto es un Phoskito, señor Adrià.
—No haber venido.

Nota: 4'5 sobre 5.

12 de agosto de 2017

6 de agosto de 2017

Franziskaner

«Deseo poco y lo poco que deseo, lo deseo poco».
Giovanni di Pietro Bernardone.

Nota: 4'5 sobre 5.



3 de agosto de 2017

Follador 2006 [Cabernet / D.O.C. Piave]

Aunque la bodega de Treviso se ha especializado en el prosecco, merece la pena destacar este singular tinto cuyo nombre nos evoca el placer de... vivir.

Nota: 3'5 sobre 5.

2 de agosto de 2017

Cervezas artesanas

Entro en el supermercado para hacer acopio de mis cervezas de cabecera y veo una aparición: cerveza artesana. Al parecer están promocionándose y por ello han bajado los precios por lo que hay más oferta de lo habitual. Ya de entrada, me confieso: no soy amigo de las cervezas artesanas, no soy moderno; todavía no he probado ninguna que me satisfaga, es decir, que me haga olvidar a otra de su clase pero sin necesidad de esa condición de «artesanía». No voy a caer en la cerrazón y me animo a ampliar el espectro de experiencias. Me han dicho que las hay muy buenas y entre ellas está la que hoy probaré, La Sagra, una cerveza blanca de trigo de la localidad toledana de Numancia de la Sagra; una cerveza «belgian white» pero... vaya, veo que es más cara que la Hoegaarden y que la Grimbergen, punteras entre las de su clase ¡y belgas por cierto!... Lógico, pienso, ya que hacerla de modo artesano debe ser más caro que traerla desde Bélgica, claro.

«De sabor afrutado, toques cítricos, cuerpo suave y cremoso, con un final refrescante y floral. Color pálido y turbio... Aroma especiado debido a la incorporación de piel de naranja y semillas de cilantro»... Ay, por Tutatis, que lo veo venir, que ya está aquí el postureo propio de casi todas las actividades de los tiempos que corren. Bueno, bueno, no seas intolerante, me repito aleccionándome. La pruebo, la saboreo, el retrogusto, el cuerpo, los aromas florales, etiqueta satinada...



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La cerveza es imbebible (la apuro sólo pensando en lo que me ha costado) y yo seré un diletante, sin duda. No estoy a la altura de los tiempos.

Ahora voy a tomarme una cerveza de verdad. Una Hoegaarden, claro.

Nota: 2 sobre 5.

1 de agosto de 2017

Bebida vs. borrachera


30-V-2014

Una primera copa para la amistad.
Una segunda copa para el gozo.
Una tercera copa para el placer.
Una cuarta copa para la exaltación de lo real y de lo irreal.
Una quinta copa para la dulce nostalgia.
La sexta copa es ya prescindible.
La séptima copa, mejor vacía,
para que no se arruine, con un trago, el arte de la bebida.
La alegría del bebedor es una gracia;
la sordidez del borracho, una condena.

Rafael Argullol, Poema.

11 de julio de 2017

Finca Antigua 2011 [Crianza / D.O. La Mancha]

«Anda despacio; habla con reposo, pero no de manera que parezca que te escuchas a ti mismo, que toda afectación es mala. Come poco y cena más poco, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago. Sé templado en el beber, considerando que el vino demasiado ni guarda secreto ni cumple palabra.»

Nota: 2 sobre 5.

7 de julio de 2017

Dipsomanía redentora

Sería farragoso enumerar la cantidad de músicos que se han visto dominados por el alcohol, la mayoría de ellos víctimas de los estragos que genera su abuso. El éxito y las malas compañías devienen normalmente en fracasos personales. Sin embargo hay otros que no, que pudieron sobreponerse a las fauces del alcohol y sobrevivieron. Destacamos dos por los que sentimos especial predilección: el inglés Eric Patrick Clapton y la costarricense Isabel Vargas Lizano.


El azar nunca fue favorable para Clapton. Ya desde su infancia el sentimiento de orfandad pudo con él y tal vez eso le persiguió toda su vida. La tragedia nunca dejó de llamar a su puerta hasta ser golpeado donde peor puede hacerlo el destino con la espantosa muerte de su hijo Conor, con cinco años de edad. Él también cometió excesos (pocos no lo hacen) y se refugió en el alcohol. Muchas son las anécdotas que él mismo cuenta sobre su adicción admitiendo que cuando estaba bebido (la mayor parte del día, pero especialmente en las actuaciones), todavía no logra comprender cómo podía tocar tan bien como lo hacía. Admite que simplemente «le salía» («Apenas había estado un par de días sobrio en aquellos años», admitió). Como botón de muestra, de su primer disco —de los mejores de su producción—, destacamos Bottle of red wine en versión con los Dominos (Get up; get your man a bottle of red wine. / I can't get up out of bed / with this crazy feeling in my head. / Get up; get your man a bottle of red wine...).

Hoy, por suerte, está parcialmente rehabilitado (aunque sordo y derrengado) y ya no prueba ni una gota de alcohol. No obstante, se somete rigurosamente al tratamiento de desintoxicación en el Crossroads Centre lugar que fundó en Antigua y Barbuda y que financia, en parte, con los conciertos anuales (Festival Crossroads) que organiza invitando a los mejores guitarristas del blues y rock del momento («Si no fuera alcohólico diría que mi familia es la gran prioridad de mi vida. Pero eso es imposible porque sé que lo perdería todo de no colocar la abstinencia en lo alto de la lista»).

Tal vez por todo ello, Clapton siempre ha sido un hombre de blues que ha llevado dentro ese sentimiento necesario para interpretarlo. Sus referentes siempre han estado allí donde los doce compases adquieren protagonismo. De entre ellos, el mejor, Robert Johnson (en cuya vida —crossroads de nuevo— también adquirió protagonismo el alcohol), a quien le rindió merecido homenaje durante toda su carrera pero especialmente en dos discos memorables Me and Mr. Johnson y Sessions for Robert J; en ellos repasa el catálogo del músico de Hazlehurst. Merecidos y justificados homenajes aun siendo los dos en el mismo año. En el segundo de ellos incluía un documental de las grabaciones de los temas entre los que destacamos la grabación de Me and Devil blues para lo que Eric se desplazó hasta la tercera planta del 508 de Park Avenue (Dallas, Texas), lugar —abandonado hoy— donde exactamente Robert Johnson grabó su canción en 1937; eso sí, sin nadie que lo acompañara y de cara a la pared... Impresionante.


La ya difunta Chavela Vargas —otra mujer de blues—, nombre artístico de quien presentamos líneas atrás, también eligió al alcohol como compañero de viaje. Se cuentan como memorables sus curdas a la par que sus éxitos aunque tuvieron que ser Pedro Almodóvar y Joaquín Sabina quienes la rescataran a la vida artística y recuperaran su prestigio abandonado por ella misma. Tal vez su problema de identidad sexual en su juventud y la cerrazón de la sociedad imperante fuera el desencadenante de su inestabilidad psicológica. Preferimos recordarla como murió, lúcida, sana y en paz con ella misma. Y sobre todo con el recital en el Carnegie Hall de Nueva York, el 15 de septiembre de 2003 cuando, ¡con ochenta y cuatro años!, nos ofreció uno de los mejores conciertos que custodia nuestra discoteca. De entre todos los cortes, nos es difícil entresacar uno, pero nos atrevemos con En el último trago (gracias siempre, José Alfredo Jiménez).

Ambas letras, la de Clapton y la de la Vargas, son desgarradoras para sus devotos.



«Me and Devil blues»

Early this morning,
you knocked upon my door,
early this morning,
you knocked upon my door,
and I said, "Hello, Satan,
I believe it's time to go."

Me and the Devil
were walking side by side.
Me and the Devil
were walking side by side.
I'm gonna beat my woman
until I get satisfied.
She said she don't see why,
that I will dog her 'round.
(now baby, you know you ain't doing me right.)
She said she don't see why,
that I will dog her 'round.
Well, it must be that old evil spirit
so deep down in the ground.
You may bury my body
down by the highway side.
(I don't care where you bury my body when I'm dead and gone.)
You may bury my body
down by the highway side.
Oh, my old evil spirit
can take a Greyhound bus and ride.

«En el último trago»

Tómate esta botella conmigo,
en el último trago nos vamos.
Quiero ver a qué sabe tu olvido
sin poner en mis ojos tus manos.

Esta noche no voy a rogarte,
esta noche te vas que de veras.
Que difícil tener que olvidarte
y que sienta que ya no me quieras.

Nada me han enseñado los años,
siempre caigo en los mismos errores.
Otra vez a brindar con extraños
y a llorar por los mismos dolores.

Tómate esta botella conmigo
en el último trago me besas.
Esperamos que no haya testigos
por si acaso nos diera vergüenza.

Algún día, sin querer, tropezamos
no te agaches ni me hables de frente.
Simplemente la mano nos damos
y después que murmure la gente.


Nada me han enseñado los años,
siempre caigo en los mismos errores.
Otra vez a brindar con extraños
y a llorar por los mismos dolores.

Tómate esta botella conmigo
en el último trago nos vamos...

Bodegas del Aljarafe

Hay tres lugares que me cautivan: las estaciones de tren, los polígonos industriales y las bodegas. En el Aljarafe sevillano se pueden encontrar multitud de bodegas antiquísimas, de sabor añejo. Traigo a nuestra bitácora dos de ellas.

La primera es la Bodega Góngora (perteneciente a la Hacienda Pata de Hierro), de Villanueva del Ariscal; allí se encuentra la prensa de Viga de Husillo y Quintal; la —según atestiguan— más antigua del mundo en activo ya que data de 1574.

 

En este lugar se elabora Señorío de Heliche, un vino blanco semiseco, afrutado, de calidad inigualable, objeto de culto entre los paladares más exigentes. También el brandi Góngora, de los más selectos de su clase según los entendidos (a los que no pertenezco).

Nota (Señorío de Heliche): 4'5 sobre 5.

 

El segundo templo vinícola que presentamos es el que se ubica en el monasterio franciscano de Nuestra Señora de Loreto, en Espartinas (Sevilla). Desde el 21 de junio de 1616, dicho espacio albergó durante más de un año al samurái Hasekura Tsunenaga, representante de la célebre Embajada Keicho. La mencionada comitiva, por cierto, también fue la responsable de la profusión del apellido «Japón» en Coria del Río, donde en los días que corren se ha empezado a destilar un sake singular. Con motivo de la efeméride, se celebraron unos actos conmemorativos por el cuadringentésimo aniversario del hecho histórico.


En las Bodegas Loreto, además de un mosto magnífico, se elabora un vino blanco de calidad excepcional, seco y afrutado, con cierto protagonismo a manzana. Pero lo mejor, si se tiene la oportunidad, es dejarse cautivar por el cenobio pernoctando en su hospedería.

Nota: 4 sobre 5.


Y sobre todo, desdeñen la advertencia del inquisidor protector de Fray Luis de León:

Bares, qué lugares...


Gabinete Caligari, pese a las ínfulas intelectuales y cosmopolitas del nombre del grupo, exprimió al máximo la fórmula autóctona del "rock torero" en el marco de la movida madrileña de los 80. La voz de Jaime Urrutia, oscura y no especialmente dotada par el afinamiento, colaboraba para dar el toque primitivo a la formación. El puntazo de ventas lo dio con Camino Soria, aunque su álbum (mini) de estudio de qualité fue Cuatro rosas, con la canción homónima dedicada a Janis Joplin. Pero lo que les interesa a los autores borrachuzos de este blog no son los discos antes mencionados, sino Al calor del amor en un bar, de 1986, con la canción que da título a la obra: cumbre de lo castizo vertiente musical, con su ritmo de pasodoble y su letra curtida en el ambiente bareta. El vídeo, producido por TVE, no tiene desperdicio: cutre, cuasi amateur, pero encantador en su ingenuidad retro.

Mozo, ponga un trozo
de bayonesa y un café,
que a la señorita la invita "monsieur".

Y dos alondras nos observan sin gran interés.
El camarero está leyendo el As con avidez.

[...]

Pollo, otro bollo,
no me tenga que levantar.
No hay como el calor del amor en un bar.

Jefe, no se queje
y sirva otra copita más.
No hay como el calor del amor en un bar.

La percepción ebria

Dicen que los borrachos y los niños dicen la verdad... Puede que sea cierto pero me quedo con la aprehensión que tienen ambos. La ebriedad da a menudo una percepción fina de la realidad menospreciada con frecuencia.

Traemos tres ejemplos sacados de la ficción pero que bien podrían corresponder con la realidad. En el primer corte se luce Rafael Álvarez «El Brujo» en La taberna fantástica (1991), de Julián Marcos sobre una obra de teatro de Alfonso Sastre; con el segundo disfrutamos de un maestro de la interpretación, Juan Diego en su papel de cura en You’re the one (2000), de José Luis Garci. Por último, José Sacristán muestra la lucidez del borracho en Un lugar en el mundo (1992), de Adolfo Aristaráin. Tres obras maestras. Lucidez ebria.



6 de julio de 2017

Bares modernos

Vamos a echar unas risas. Leo Harlem reflexiona sobre los bares modernos.


Me gusta o no me gusta

Interesantes opiniones de Luis Gutiérrez, catador de la Guía Parker. Destaco la siguiente perla:

«El vino te gusta o no te gusta, y a partir de ahí te puedes complicar todo lo que quieras, porque es un mundo supercomplejo, infinito. Cuanto más aprendes te das cuenta que no sabes nada»...


Tuborg. Posiblemente entre las mejores


"Posiblemente la mejor cerveza del mundo" (Carlsberg) ha triunfado como el mejor eslogan publicitario cervecero, en competencia con "Piensa en verde" (Heineken). Hoy traigo otra cerveza danesa, aunque ya absorbida por la multinacional Carlsberg; me refiero a Tuborg. Es de difícil consecución en España pues aquí su matriz triunfa, no así en otros países como Rusia. Prefiero Tuborg por su amargor delicado, regusto dulzón, cuerpo medio y espuma abundante pero volátil; el tono ligeramente dorado y la lata vintage resultan, asimismo, visualmente atractivos. Mi estancia en Dinamarca, allá por el lejano y capicúa 1991, fue deleitada por su descubrimiento.

Nota: 4 sobre 5.

5 de julio de 2017

Alejandro Magno y el vino


Envenenado o no, Alejandro Magno vio cómo se extinguía su vida tras una bacanal. Los macedonios, como los griegos, rendían culto a Dionisio -hijo de Zeus y patrón de la agricultura-, y en su honor celebraban protoorgías, que, entre batalla y batalla, servían como bálsamo alcohólico y sexual. No sabemos qué variedad de vino era del gusto del joven emperador, pero sí que este brebaje, y los excesos que lo acompañaron, pudieron más que el rey persa Darío con sus doscientos cincuenta mil hombres o el Poros indio con sus elefantes.

Muga 2012 [Crianza / D.O. Rioja]

Entre risas, canciones y karaoke, este excelente vino causó sensación.

Nota: 4'5 sobre 5.


Carmelo Rodero 2014 [9 meses / D.O. Ribera del Duero]

Magnífico caldo para una noche de verano.

Nota: 3'5 sobre 5.


4 de julio de 2017

Pero... no

La probanza de hoy nos ha llevado a Italia. Recurriendo a los simplones y fáciles estereotipos, nos desplazamos a los barrios del neorrealismo y a su bebida de cabecera, la cerveza Peroni.

No me ha gustado mucho y me parece cara para ser «la cerveza del pueblo»; en fin, demasiado alarde para atribuirse el «Nastro Azzurro». Tal vez en 1933 lo tuviera pero ya lo perdió... ¿Puede ser que el maíz italiano de su fórmula tenga la culpa de ello?

Nota: 2,5 sobre 5.


3 de julio de 2017

No es mal año por mucho trigo

«Si me das a elegir»... me quedo con vosotras, dos cervezas de trigo, una belga y otra alemana. La cerveza de trigo es diferente a la de cebada ya que requiere un compromiso con la persona con la que la compartes; digestiva, ideal para la antesala de las comidas incluso como postre.

La belga es Hoegaarden, blanca, espléndida y con un cuerpazo de escándalo. Se puede conseguir con relativa facilidad (yo la he encontrado en El Corte Inglés y Supersol).

Nota: 5 sobre 5.

La otra protagonista de nuestra entrada es Schneider Weisse. Señores, firmes todo el mundo. Esta cerveza desbanca a todas las que conozco, incluidas las pilsen. Es una experiencia absolutamente inigualable. Hay seis tipos clasificadas con la apostilla «Tap» y difieren en el amargor y graduación del líquido. Yo recomiendo fervorosamente la Tap 1. El único inconveniente es dónde adquirirla. Llevaba años buscándola hasta que he encontrado un lugar en Bilbao que tarda 48 horas en mandarla a tu domicilio. Se trata de www.mundodecervezas.es. Hoy me ha llegado mi pedido. Gracias, Igor, mi cervecero de cabecera.

Nota: 5 sobre 5.

1 de julio de 2017

Menéndez [Sidra natural / Asturias]

La única bebida alcohólica con la que disfruta mi hermano Yuti. Es un privilegio verlo escanciar.

Nota: 4 sobre 5.



San Millán 2014 [Roble / D.O. Ribera del Duero]

«Quiero fer una prosa en román paladino
en qual suele el pueblo fablar a su vezino,
ca non so tan letrado por fer otro latino:
bien valdrá, como creo, un vaso de bon vino.»
Vida de Santo Domingo de Silos.

Nota: 3 sobre 5.
A su salud, Don Gonzalo.


Jacques Brel y Stella Artois


¿Qué tienen en común el gofre, Eddy Mercks, Georges Simenon o René Magritte? Sí, lo ha adivinado: su origen belga. Aunque si hay que decantarse por elementos que determinen la esencia de este país, prefiero a otros dos: el cantante Jacques Brel y la cerveza Stella Artois, trascendentes ambos del pequeño territorio en el que surgieron.

Jacques Brel se forjó como artista en París e internacionalizó la chancón française, de la que se convirtió, a la postre, en su epítome. Sus pullas a la burguesía de la que procede, a la mitad flamenca de Bélgica, sus huidas polinésicas y abandonos artísticos crearon en torno a él un aura bohemia que lo elevaron ya en vida a la condición de mito. Más que en sus canciones enlatadas, Brel es Brel en las actuaciones en directo: performances  cortas y sin bises, pero en las que entregaba todo el sentimiento y la fuerza dramática de un actor, vaciándose en el escenario: el feo y desgarbado ejercía de bestia trajeada para lanzar un torrente sonoro y verbal de amor, alcohol, penas, muerte y, a veces, humor. Un parónimo de éste, el humo –hoy vedado en recintos cerrados-, que no el alcohol, se lo llevó por delante antes de cumplir cincuenta años. ¿Esencia de Bélgica? Puede ser, pero su talla como cantante traspasa la frontera belga para situarlo en el mundo francoparlante y en el territorio mítico del artista irrepetible.

Stella Artois nació como brebaje navideño y cuenta ya con una tradición secular. Actualmente se produce también en lares lejanos a su Lovaina originaria. La botella verde, así como los colores blanco, rojo y dorado del logotipo, remiten al clasicismo de otras cervezas vecinas como Beck´s y Heineken, aunque con el cuello hipertrofiado. Destaco su amargor suave y agradable –oxímoron beodo-. Es una cerveza ligeramente cremosa y con poca espuma, de escaso cuerpo y trago fácil, pero de regusto largo. El precio, por encima del euro el botellín de 33 cl., no invita a su degustación diaria. Stella de las cervezas centroeuropeas y guía para cerveceros en pos de un pesebre etílico de qualité.


30 de junio de 2017

Don Condado [Blanco semidulce / D.O. Condado de Huelva]

Érase una vez una historia muy particular, ocurrida en el antiguo Condado de Huelva, donde nuestro apuesto personaje encantado no era un príncipe, sino un conde. Éste esperaba ansioso el beso de una hermosa joven y de este modo abandonar su aspecto anfibio, recuperando su atractiva apariencia.
Un buen día, gracias a los azares del destino así ocurrió...

Brindamos por unas buenas vacaciones.

Nota: 4'5 sobre 5.
Gracias, Alicia, compañera itinerante.


Sondeo 01