Las bodegas riojanas
García Carrión nutren de caldo de garrafón en tetrabrik las mesas menos
exigentes. Art Garfunkel, empuñando el cartón de Don Simón, lo que hace
icónicamente es exprimir el talento de su compañero hasta hacer de su esencia
un vino de consumo diario enlatado. Garfunkel se empeñó en empuñar su brik de
Don Simón, pero Paul logró zafarse, un poco beodo, de su partenaire y huir musicalmente hacia viñedos exóticos como los
africanos (Graceland) o brasileños (The rhythm of the saints), donde a su
compañero no se le ocurriera poner los pies, ni empinar el codo (sus
reencuentros posteriores no fueron más que regurgitaciones alcohólicas de baja
intensidad y apremio pecuniario).
La verdadera historia,
alejada de collages humorísticos, es
conocida: Paul Simon formó junto a Art Garfunkel en los años 60 un
dúo simpar en la historia de la música anglosajona. Con la referencia de
los Everly Brothers y del naciente folk sesentero de Dylan & Company, en
pocos años dieron a luz seis álbumes que forjaron la leyenda de
un pop-rock de calidad con éxitos multitudinarios: “Sounds of silence”,
“Mrs. Robinson”, “The boxer” o “Bridge over troubled water”. Si al principio
no parecían encarnar nada diferente a un "grupo" más en la escena del
folk neoyorkino, la calidad compositiva de Simon, el acierto del productor Tom
Wilson para darle aire cool a
“Sounds of silence” y el giro intelectual y amante del puro standard de Garfunkel, convirtieron al
dúo en todo un referente musical.
El papel de cada uno
estaba claro: Paul Simon era el compositor y alma del dúo, mientras que
Garfunkel ponía una imagen sofisticada, se limitaba a hacer coros, ejercer de
solista en escasos temas (los más puramente standard)
y poner los ojos -orgásmicos- en blanco cuando actuaba en directo. La amistad,
fraguada en la high school, donde ya
habían formado el dúo Tom & Jerry, terminó allá por el año 70 con las desavenencias
surgidas durante la grabación de Bridge
over troubled water.
La imagen de cabecera de esta entrada nos ha servido a los autores de esta bitácora para inaugurarla, darle caña merecida a este tipo de envases para el vino –aunque sea de ínfima calidad- y hacer un somero repaso al dúo más famoso de la música popular.
La imagen de cabecera de esta entrada nos ha servido a los autores de esta bitácora para inaugurarla, darle caña merecida a este tipo de envases para el vino –aunque sea de ínfima calidad- y hacer un somero repaso al dúo más famoso de la música popular.
1 comentario:
Efectivamente, me parece un dúo descompensado pero cuando trabajaron juntos, funcionaban.
Aquí podéis escuchar unos especiales que hicieron en La Parroquia (Arturo González y Sergio Fernández «El Monaguillo») sobre este dúo:
https://www.ivoox.com/10990834
https://www.ivoox.com/11075136
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