«Creo que necesito un trago. Casi todos lo necesitan, solo que no lo saben»

Charles Bukowski

7 de julio de 2017

Bodegas del Aljarafe

Hay tres lugares que me cautivan: las estaciones de tren, los polígonos industriales y las bodegas. En el Aljarafe sevillano se pueden encontrar multitud de bodegas antiquísimas, de sabor añejo. Traigo a nuestra bitácora dos de ellas.

La primera es la Bodega Góngora (perteneciente a la Hacienda Pata de Hierro), de Villanueva del Ariscal; allí se encuentra la prensa de Viga de Husillo y Quintal; la —según atestiguan— más antigua del mundo en activo ya que data de 1574.

 

En este lugar se elabora Señorío de Heliche, un vino blanco semiseco, afrutado, de calidad inigualable, objeto de culto entre los paladares más exigentes. También el brandi Góngora, de los más selectos de su clase según los entendidos (a los que no pertenezco).

Nota (Señorío de Heliche): 4'5 sobre 5.

 

El segundo templo vinícola que presentamos es el que se ubica en el monasterio franciscano de Nuestra Señora de Loreto, en Espartinas (Sevilla). Desde el 21 de junio de 1616, dicho espacio albergó durante más de un año al samurái Hasekura Tsunenaga, representante de la célebre Embajada Keicho. La mencionada comitiva, por cierto, también fue la responsable de la profusión del apellido «Japón» en Coria del Río, donde en los días que corren se ha empezado a destilar un sake singular. Con motivo de la efeméride, se celebraron unos actos conmemorativos por el cuadringentésimo aniversario del hecho histórico.


En las Bodegas Loreto, además de un mosto magnífico, se elabora un vino blanco de calidad excepcional, seco y afrutado, con cierto protagonismo a manzana. Pero lo mejor, si se tiene la oportunidad, es dejarse cautivar por el cenobio pernoctando en su hospedería.

Nota: 4 sobre 5.


Y sobre todo, desdeñen la advertencia del inquisidor protector de Fray Luis de León:

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