9-IX-2012
Como un fauno de tres patas
los tres troncos de la parra,
peludos y retorcidos,
se elevan pesadamente hacia lo alto
para sostener la pesada bóveda
de la que cuelgan, lámparas maravillosas,
abundantes racimos de uva pequeña y dulce.
No son esbeltos ni elegantes,
pero su tarea los redime:
dan sombra a los hombres fatigados,
refugio al dios desconocido
y alegría al mundo.
Rafael Argullol, Poema.
*Foto de Abel Murcia.
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