Gabinete Caligari, pese a las ínfulas intelectuales y cosmopolitas del nombre del grupo, exprimió al máximo la fórmula autóctona del "rock torero" en el marco de la movida madrileña de los 80. La voz de Jaime Urrutia, oscura y no especialmente dotada par el afinamiento, colaboraba para dar el toque primitivo a la formación. El puntazo de ventas lo dio con Camino Soria, aunque su álbum (mini) de estudio de qualité fue Cuatro rosas, con la canción homónima dedicada a Janis Joplin. Pero lo que les interesa a los autores borrachuzos de este blog no son los discos antes mencionados, sino Al calor del amor en un bar, de 1986, con la canción que da título a la obra: cumbre de lo castizo vertiente musical, con su ritmo de pasodoble y su letra curtida en el ambiente bareta. El vídeo, producido por TVE, no tiene desperdicio: cutre, cuasi amateur, pero encantador en su ingenuidad retro.
Mozo, ponga un trozo
de bayonesa y un café,
que a la señorita la invita "monsieur".
Y dos alondras nos observan sin gran interés.
El camarero está leyendo el As con avidez.
[...]
Pollo, otro bollo,
no me tenga que levantar.
No hay como el calor del amor en un bar.
Jefe, no se queje
y sirva otra copita más.
No hay como el calor del amor en un bar.
1 comentario:
Me encanta esa estética ochentera, esa tipografía «olivetti», esas barras metalizadas, esos cardados en los tocados.
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